La Degeneración Macular Asociada a la Edad (también conocida como DMAE) es la principal causa de ceguera y pérdida de visión en mayores de 65 años.
Esta enfermedad puede tener como consecuencia la pérdida progresiva de la visión central, que es la que nos permite leer, reconocer rostros y ver con nitidez.
La Degeneración Macular afecta a la calidad de vida del paciente, al impedirle realizar sus actividades cotidianas.
Existen dos tipos de degeneración macular:
Algunos de los síntomas de esta enfermedad son:
El principal factor de riesgo de la degeneración macular es la edad, pero existen otros factores que favorecen su aparición como son:
Para el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad es necesario un control exhaustivo, ya que los cambios pueden presentarse de manera brusca en poco tiempo.
Hay que combinar la observación propia del paciente de sus propios síntomas, con pruebas como la rejilla de Amsler, y adicionalmente hacerse las pruebas fundamentales para el diagnóstico y control de la DMAE, que son la OCT y la AFG.
Las pruebas denominadas OCT y AFG, se deben realizar de manera periódica y son muy eficaces para ver los cambios ocasionados por la enfermedad y el resultado del tratamiento empleado.
El tratamiento adecuado para la Degeneración Macular seca es una combinación de vitaminas, antioxidantes y zinc, que puede evitar el agravamiento de la enfermedad. Sin embargo, este tratamiento no devolverá la visión que ya se haya perdido.
Para la Degeneración Macular húmeda, los tratamientos mas apropiados consisten en la inyección de fármacos intravítreos como son Lucentis, Avastín, Ozurdex y Eylea.
Estos procedimientos indoloros, pueden retrasar la pérdida progresiva de la visión y en algunos casos, pueden hacerla mejorar.
La detección temprana y un tratamiento a tiempo, son la mejor defensa contra la pérdida de la visión por Degeneración Macular.
Si usted tiene alguno de los factores de riesgos señalados anteriormente o ha detectado alguno de sus síntomas, pida una cita con nuestro oftalmólogo.
Estos fármacos han generado una revolución en el tratamiento de la retina ya que con ellos se ha conseguido estabilizar y tratar enfermedades, que hasta hace poco no tenían solución.
Con estos fármacos se reduce la posibilidad de avance de la enfermedad. El objetivo de estos fármacos es el de frenar la proliferación de los vasos anómalos que se pueden formar en la retina, a través del bloqueo de los factores de crecimiento de los vasos.
Esto hace que sean el único tratamiento posible en algunos de los tipos de Degeneración Macular y uno de los mejores tratamientos en enfermedades como la retinopatía diabética o los infartos vasculares.
Su aplicación se realiza bajo anestesia tópica y es rápida y sencilla. La intervención dura unos pocos segundos y es indolora para el paciente. La realizamos en nuestros quirófanos por cuestiones de asepsia para que el proceso esté totalmente controlado.
El Ozurdex se trata de un corticoide intraocular que se libera lentamente, actuando de manera muy potente sobre los factores inflamatorios liberados en muchas enfermedades de la retina y que favorece la bajada de la inflamación intraocular, que ayuda a mejorar la visión.
Su efecto antiinflamatorio lo hace muy efectivo en enfermedades como el edema macular secundario, edema post-quirúrgico, en infartos intraoculares, en enfermedades inflamatorias intraoculares y también en casos de edema macular diabético.
La gran ventaja de este fármaco además de su efectividad es su gran duración, llegando a durar su efecto hasta 6 meses. Su aplicación se realiza bajo anestesia tópica y es rápida y sencilla. La intervención dura unos pocos segundos y es indolora para el paciente. La realizamos en nuestros quirófanos por cuestiones de asepsia para que el proceso esté totalmente controlado.
Se trata de un tratamiento muy seguro, pues su aplicación directa sobre la retina hace que apenas existan contraindicaciones. Aunque es un medicamento muy seguro, en ocasiones puede generar subidas de presión ocular, por lo que requerirá especial cuidado en pacientes con niveles elevados de tensión ocular.
La separación del gel vítreo de las zonas de la retina a las que está unido, suele ser un proceso que ocurre a lo largo de la vida. A veces, una separación incompleta del gel vítreo puede alterar la percepción visual central o problemas en la visión.
Los síntomas generados por este tipo de enfermedades son alteraciones en las formas o tamaño de los objetos, impresión de disminución de la visión, y dificultad en el enfoque.
El diagnóstico ha de realizarse con la exploración del fondo de ojo con lentes especiales de exploración retiniana y la realización de una tomografía de coherencia óptica OCT, prueba que aporta un escáner con la forma y grosor macular con una gran precisión.
No todos los casos de estas patologías requieren tratamiento, ya que en algunas ocasiones pueden darse mejorías espontáneas. Cuando los síntomas y la agudeza visual es normal y se mantienen estables, solo se requiere seguimiento con las pruebas diagnósticas.
Cuando se produce una disminución de la agudeza visual progresiva o alteraciones severas en la percepción de las formas, entonces puede requerir una cirugía llamada vitrectomía, en la cual se retira el vítreo y los restos que están ocasionando el cambio en la mácula.
La Coriorretinopatia serosa central (CSC) es una enfermedad en la que falla la barrera externa (epitelio pigmentario) que separa la retina, de los vasos de la capa nutricia externa, generando pequeñas fugas de material líquido que se acumula entre las capas de la retina y altera la estructura y el grosor de la zona macular.
Suelen ser enfermedades que ocurren espontáneamente en gente joven o en personas con situaciones de estrés o que están bajo tratamiento con antiinflamatorios intensos.
Provoca sensación de manchas centrales fijas en la visión, que disminuyen la agudeza visual y la nitidez en el ojo que está sufriendo la afección.
Las manchas pueden fluctuar, pero la visión de esa mancha es constante en la zona central de visión.
El método de diagnóstico y control es la exploración con lentes específicas retinianas. Además las dos pruebas fundamentales para diagnosticar esta enfermedad, son:
En la mayoría de las ocasiones, la propia retina suele drenar esa fuga de líquido por sí misma, con lo que normalmente solo es necesario el control con las pruebas específicas para ir controlando la evolución.
Solo en las situaciones en las que la alteración visual se hace crónica en el tiempo o dificulta la visión de manera considerable, es cuando se valorará alguno de los siguientes tratamientos:
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