Sin duda, el más famoso detective de la historia de la literatura era el hijo de la imaginación de un médico, y más exactamente un oftalmólogo, quizá por eso su personaje aparece con una lupa.
Arthur Ignatius Conan Doyle nació el 22 d mayo de 1859 en el Edimburgo, en el seno de una familia católica, hijo de un padre alcohólico y una madre apasionada de la lectura fue la influencia de su madre la que le llevo por el camino de la ficción.
Pudo realizar sus estudios gracias a la ayuda económica familiar y con nueve años fue a un internado hasta los 17, como él cuenta, solo la correspondencia con su madre y su propio mundo interior le permitieron sobrevivir en una escuela victoriana plagada de dificultades y castigos corporales.
Posteriormente comenzó sus estudios de medicina por la influencia del Dr. Waller, inquilino que su madre hospedó para poder ganarse la vida.
En esa formación conoció al Dr. Joseph Bell, mentor e inspirador de la figura de Sherlock Holmes por su capacidad de observación, sagacidad e inteligencia (quizá también por su indumentaria un tanto peculiar).
Mas tarde, después de contraer matrimonio y tras ejercer la medicina y la literatura en Portsmouth, decidió trasladarse a Viena a estudiar Oftalmología, especialidad que ejerció en un barrio selecto de Londres en la calle Upper Wimpole Street.
Probablemente su escasa clientela como oftalmólogo y su gran afición a la literatura facilitaron la decisión de reconducir su vida profesional hacia las letras.
Dos hechos influyeron decisivamente, su encuentro con Oscar Wilde en 1889 en una cena propiciada por su editor que produjo un efecto fascinador en el entonces joven doctor y, de otro lado una severa infección respiratoria que casi le cuesta la vida, decidió dedicarse en exclusiva a la Literatura.
Sus pacientes no lo echaron de menos y sus lectores se lo agradeceremos toda la vida.
La medicina como otras profesiones requiere conocimiento, dedicación y profesionalidad, pero además algo más importante, que lo iguala a otros oficios, el amor a lo que uno hace. Si no se tiene algo de esto es mejor buscar otra forma de vida.
Dr Alfonso Vidal
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