¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?
En sus inicios, el glaucoma no suele mostrar síntomas evidentes. No causa dolor y la visión se mantiene normal. Este es el verdadero peligro de esta enfermedad: no avisa desde el principio.
Si el glaucoma no se detecta y como consecuencia no se trata adecuadamente, empezarás a notar que ya no ves como antes, perderás lentamente la visión lateral o periférica y tu campo de visión resultará dañado.
En las fases finales de esta enfermedad, es como si estuvieras viendo a través de un túnel. La visión central también puede disminuir hasta que se pierde por completo.
¿Cómo se detecta el glaucoma?
El glaucoma se detecta a través de un examen completo de los ojos, que permitirá evaluar no solamente cómo están el momento del examen, sino ver cómo se va a comportar nuestra visión en el futuro.
El objetivo de estas revisiones es hacer un diagnóstico precoz del glaucoma para poder tratarlo cuanto antes y frenar el daño en el nervio óptico.
Este examen oftalmológico debe incluir las siguientes pruebas:
– Prueba de agudeza visual.
– Tonometría: es una prueba para medir la presión del ojo. Es totalmente indolora y de fácil realización.
– Paquimetría: es una prueba para medir el grosor de tu córnea y establecer qué riesgo tienes de padecer la enfermedad. La paquimetría permite ver si la medida de tu presión ocular, está dentro de los límites normales.
– Examen del segmento anterior: permitirá a tu oftalmólogo ver si existe algún problema que pueda ser la causa de tu tensión ocular alta, en la parte anterior de tu ojo.
– Examen de fondo de ojo: se dilatan las pupilas para examinar la retina y el nervio óptico y ver si hay señales de daño.
– Fotografía del nervio óptico: sirve para obtener imágenes de tu nervio óptico y poder ver su evolución en el tiempo.
– Prueba del campo visual o campimetría (CV): Esta prueba mide tu visión lateral (periférica). Ayuda a tu oftalmólogo a determinar si tienes pérdida en la visión lateral (es una señal de glaucoma) y permite obtener un patrón de comparación en el tiempo, para ver su evolución.
– Tomografía del nervio óptico (OCT): evalúa el nervio óptico en sus diferentes capas, para valorar posibles daños.
Dra. Paredes
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