El estrés afecta a la salud de muy diversas maneras, ya que genera una gran exigencia orgánica, e incluso puede hacerse notar en los ojos. En general, las formas más comunes en las que se presenta el estrés en los ojos son temblor de ojos o la aparición de una inflamación ocular, aunque también se pueden producir casos de pérdida súbita de la visión.
Los temblores de ojos no suelen corresponder a un movimiento del ojo en sí, sino que se producen en un pequeño músculo, que es uno de los que sirve para elevar el párpado, el músculo de Müller. Este músculo, cuyo funcionamiento está controlado por el sistema nervioso simpático, actúa de forma involuntaria y se puede activar en situaciones de estrés en las que liberamos mucha adrenalina, produciendo el llamado “blefarotic”. Aparte de la molestia, este temblor o blefarotic en el ojo no suele tener ningún efecto sobre la visión y, por eso, no existe un tratamiento oftalmológico concreto para frenarlo.
La inflamación causada por el estrés puede afectar a la zona central de la retina, llamada mácula y producir una enfermedad denominada “maculopatía serosa central”, Las personas que sufren esta maculopatía suelen percibir una visión borrosa o sensación de “ver torcido”. Los tratamientos para este problema son muy variados y debe ser el oftalmólogo el que determine el más adecuado para cada caso.
Un estrés permanente también puede ocasionar una pérdida súbita de la visión o amaurosis. Normalmente suele ser un síntoma transitorio, pero es muy importante que acudamos a un oftalmólogo si lo sufrimos, porque en ocasiones puede tratarse de una señal de alarma que anticipe otro tipo de problemas.
Dra. Paredes
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