Siempre hemos escuchado a los políticos hablar de la sanidad de nuestro país como un modelo gratuito, universal y de calidad. Tras unos años de crisis hemos visto como han tenido que ir cambiando el hilo de sus comentarios y han empezado a hablar de eficiencia, sostenibilidad y racionalización del gasto para, en definitiva, implantar recortes en los que se ha puesto en riesgo los 4 objetivos básicos en sanidad: equidad, satisfacción, efectividad y eficiencia.
Está claro que no tenemos que confundir eficiencia con recortes, sino que, la eficiencia como dice su definición es conseguir los mismos logros o resultados con los menores recursos posibles. Es decir, no hemos de quitar servicios ni resultados por el mero hecho de disponer de menos recursos. El problema en el que nos encontramos es, que el sistema sanitario español se caracteriza, por ser ya uno de los más eficientes del mundo, con menor gasto sanitario per cápita y mayor esperanza de vida. Lo podemos ver en las tablas de la OCDE del año 2015 (En rojo España y en azul, la OCDE), y en la gráfica del 2009 en la que se relaciona la esperanza de vida con el gasto sanitario per cápita (1.).
Además, en esta segunda gráfica se muestra también el hecho de que más gasto no equivale a aumentar más la esperanza de vida, como es el ejemplo de EEUU (2).
Pero bueno, si nos preguntamos que medidas podemos proponer para aumentar aun más la eficiencia dentro de nuestras organizaciones sanitarias, hemos de perseguir la meta de que todo es mejorable.
- Incremento de recursos:
Hablaría tanto de incremento de recursos como de manejo correcto de recursos, ya que en la actualidad se puede reducir las inversiones en medidas que no mejoran la salud para hacerlo en otras que si la pueden mejorar. Se ha visto como en los últimos años, no se ha hecho una adecuada distribución de recursos disponibles. Algún ejemplo en el que se pueden aumentar recursos para mejorar la eficiencia pueden ser:
- Implementación de servicios profesionales multidisciplinares.
- Aportar mayor autonomía y responsabilidad a los profesionales sanitarios para tener una mejor vocación y motivación.
- Presentar proyectos a medio y largo plazo, en vez de a corto plazo como son los que suelen presentar los políticos según su mandato.
- Reducir el gasto farmacéutico y aumentar las inversiones en atención primaria.
- Incrementos salariales:
Estos han de ir ligados a un acuerdo de gestión en los que se fijen unos objetivos anuales y permitan ser alcanzables. Los incentivos se han de marcar de forma variable, tanto de forma individual como de forma colectiva.
- Nuevas medidas organizativas
Por ejemplo amortizando o reestructurando hospitales obsoletos, mediante centralización de servicios hospitalarios. Esto es posible llevando a cabo una mejora en la comunicación y coordinación entre atención primaria y la especializada (3).
- Trabajar con las personas ayudándoles en su desarrollo.
En este punto podríamos hablar del gasto que supone la variabilidad en la práctica clínica, donde se ha visto un mayor uso de recursos en procedimientos diagnósticos terapéuticos sin que eso supusiera una mejora en la calidad asistencial (4).
Si consiguiéramos mejorar la eficiencia en la práctica diaria con la incorporación de protocolos con evidencia científica que permitan a los profesionales trabajar de manera unificada, podría permitir disminuir costes, sin perjudicar o incluso mejorando los resultados en salud y bienestar de los pacientes.
Bibliografía:
1. Current health expenditure. OECD Health Data 2015, OECD (http://www.oecd.org/health/healthdata).
2.Fuchs VR. Perspective: More Variation In Use Of Care, More Flat-Of-The-Curve Medicine. Health Affairs, 2004: doi: 10.1377/hlthaff.var.10.
3. McKee M. Reducing hospital beds. Health Systems and Policy Analysis: Policy Brief. Copenhagen: WHO Regional Office for Europe on behalf of the European Observatory on Health Systems and Policies, 2004. (Citado en Philipa Mladovsky, et al “Health Policy in the Financial Crisis”).
4. Elliott S. Fisher, David E. Wennberg, Thérèse A. Stukel, Daniel J. Gottlieb, F. L. Lucas, and Étoile L. Pinder. The implications of regional variations in Medicare spending. Part 2: health outcomes and satisfaction with care. Ann Intern Med. 2003 Feb 18;138(4):288-98.
Dr Mora
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