La diabetes es uno de los trastornos metabólicos más frecuentes, que afecta a más de 400 millones de personas en el mundo. Esta patología crónica se origina cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no es capaz de usar esta sustancia eficientemente. Se caracteriza por el exceso de los límites normales de azúcar en la sangre, lo que eleva las probabilidades de sufrir complicaciones en distintos órganos del cuerpo, entre ellos los ojos, que pueden desarrollar retinopatía diabética.
¿Qué es la retinopatía diabética?
Esta enfermedad es una de las principales afecciones reportadas en la atención oftalmológica en países desarrollados, siendo la primera causa de ceguera en pacientes entre los 20 y los 65 años de edad. De hecho, al menos un 25 por ciento de los diabéticos tienen alguna forma de retinopatía, aunque sólo un 5 por ciento de estos la padece de forma grave.
La retinopatía diabética es una patología ocasionada por daños progresivos a los vasos sanguíneos de la retina, tejido que cubre la capa interior del ojo que es sensible a la luz, por lo cual puede llegar a desencadenar ceguera. Esta enfermedad puede encontrarse en un estado muy avanzado antes de comenzar a presentar problemas en la vista, puesto que generalmente no presenta ningún signo de manifestación en su etapa temprana.
Puede aparecer tanto en quienes padecen la diabetes de tipo juvenil (Tipo I) como en la diabetes del adulto (Tipo II), sin embargo, hay un mayor riesgo de desarrollarla cuando la enfermedad lleva más tiempo de evolución. Asimismo, el grado de complicación también dependerá de otros elementos como la hipertensión, el control metabólico, edad del paciente, entre otros.
Tomando estos factores en cuenta, los especialistas recomendamos un examen ocular integral para pacientes de este tipo, con el fin de diagnosticar la enfermedad diabética en el ojo con mayor precisión. Pueden ser necesarias pruebas de imagen oftalmológicas como la tomografía de coherencia óptica o una ecografía ocular.
Síntomas de la retinopatía diabética
-Visión doble o borrosa, con una pérdida gradual
-Destellos de luz, como anillos o luces titilantes (puede indicar desprendimiento de retina)
-Manchas oscuras y flotantes en uno o ambos ojos
-Sombras y puntos ciegos
-Dificultad para ver de noche o bajo luz tenue
-Dificultad para ver objetos a los costados del campo visual
-Dolor y sensación de presión en uno o ambos ojos
-Dolor de cabeza frecuente
¿Cómo se origina la retinopatía diabética?
Cuando los niveles de glucosa en sangre son muy altos o muy bajos, los vasos de la retina pueden afectarse de dos maneras, dando paso a esta patología.
La causa más frecuente es el edema macular. Se genera cuando los vasos dañados permiten el paso de líquido e inundan la retina, lo que trae como consecuencia que esta deje de funcionar adecuadamente.
La segunda causa se da cuando los vasos sanguíneos se cierran de forma tal que no permite que la sangre llegue a la retina para que esta funcione como debería.
Las personas con diabetes también pueden presentar otras afecciones oculares como cataratas, glaucoma, debilidad del epitelio corneal, o desprendimiento de la retina.
Tratamiento para la retinopatía diabética
El tratamiento más efectivo contra la retinopatía diabética es la prevención, para ello los pacientes diabéticos deben llevar un riguroso control de los niveles de azúcar en sangre, del colesterol, triglicéridos, y de la presión arterial para así disminuir los riegos de pérdida de la visión.
Sin embargo, cuando el oftalmólogo observa multiplicación de vasos sanguíneos y la presencia de un edema macular, significa que puede haber retinopatía diabética avanzada y el tratamiento principal será una cirugía del ojo, que puede ser de dos tipos.
-Cirugía con láser: Ayuda a sellar los vasos sanguíneos afectados a través de un proceso llamado fotocoagulación, que permite evitar o al menos disminuir la filtración de sangre y líquido en el ojo, haciendo unas pequeñas quemaduras en la retina. En algunos casos es posible que se requiera más de una cirugía.
-Vitrectomía: Se aplica cuando existe hemorragia en el ojo, o igualmente en casos desprendimiento de retina, para repararla. El especialista extrae el gel vítreo y la sangre de los vasos sanguíneos afectados en la parte trasera del ojo, para que los rayos de luz se enfoquen otra vez en la retina adecuadamente, o también puede extirpar parte del tejido.
Es esencial que los pacientes diabéticos revisen periódicamente su visión para prevenir la retinopatía diabética o cualquier afección ocular a la que están más expuestos por su enfermedad.