Durante la mayor parte de la vida, damos por hecho que vamos a ver bien y que no vamos a tener ningún problema de visión. Tener una buena visión depende de nuestro sistema sensorial más importante. A partir de los 40 ó 50 años es cuando comenzamos a darnos cuenta que la vista disminuye, las letras se vuelven borrosas y las gafas empiezan a ser necesarias. Otras personas sin embargo tiene problemas de visión desde edades tempranas, como por ejemplo miopía o hipermetropía.
¿Por qué son importantes los exámenes de la vista?
Tanto para adultos como para niños, los exámenes de la vista son una parte importante del mantenimiento y la evaluación de la salud general. Los ojos deben revisarse con regularidad para asegurarse que puedan ver lo mejor posible. En los exámenes regulares de salud ocular también se buscan signos de enfermedades oculares o afecciones que puedan afectar no solo a su visión sino a su salud en general. La visión y la salud ocular son una parte importantisima en el aprendizaje y el desarrollo, por lo tanto, es recomendable los exámenes oculares para bebés y niños.
Los exámenes de la vista previenen el fracaso escolar.
El 80 por ciento de lo que se espera que los niños aprendan dentro y fuera del aula requiere de una buena visión. En los últimos tiempos es más necesario aún revisar a los niños la vista de manera periódica debido a la cantidad de tiempo que pasan delante de una pantalla, ya que este hecho puede estropearles la vista sino se hace un uso adecuado.
La miopía cada vez más frecuente a edades tempranas.
En un reciente informe “La prevalencia de la miopía entre los jóvenes en España en 2018” impulsado por la asociación Visión y Vida, concluye en una cifra alarmante: 6 de cada 10 jóvenes entre 17 y 27 años son miopes. Este problema podría ser mayor en la siguiente generación de nacidos después del año 2000. Los hábitos de la juventud han cambiado, cada vez hay sedentarismo y más uso de todo tipo de pantallas con un tiempo de uso bastante elevado.
¿Por qué es esto una gran preocupación?
Los niños comienzan a tener problemas para ver de cerca muy temprano y tienden a un empeoramiento y progresión de la miopía que continúa a lo largo de la infancia, lo que los pone en un riesgo significativamente mayor de afecciones oculares más graves en el futuro.
Programar exámenes anuales de la vista es la mejor manera de evaluar el riesgo de miopía en su hijo. Cuando se detecta temprano, se pueden tomar medidas de control de la miopía para disminuir su progresión y reducir el riesgo de sufrir en el futuro otros problemas oculares.
La revisión oftalmológica anual no es un sustituto para un examen ocular.
Con demasiada frecuencia, los padres creen que su hijo ve perfectamente porque pasó una evaluación de la vista en la escuela. O los adultos creen que ven perfectamente porque pasan algún tipo de examen psicotécnico. Con frecuencia, ninguna de estas suposiciones es correcta.
Sólo una revisión anual realizada por un oftalmólogo puede garantizar que su visión sea lo más clara y cómoda posible, y que esté libre de enfermedades oculares potencialmente graves que no presenten síntomas precoces, como glaucoma e incluso cáncer de ojo.
Glaucoma.
La detección temprana de la presión ocular alta y otros factores de riesgo para el glaucoma sólo es posible con los exámenes oculares de rutina. Se trata de una enfermedad silenciosa que no da síntomas evidentes y que la visión que se ha perdido es imposible de recuperar, por eso es tan importante la detección precoz mediante una revisión anual.
Los exámenes anuales de la vista pueden detectar otros problemas de salud graves.
Durante un examen ocular completo, el oftalmólogo puede observar y evaluar la salud y el estado de los vasos sanguíneos en la retina , que son un buen indicador de la salud de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la hipercolesterolemia son visibles por los cambios en la apariencia de la irrigación sanguínea de la retina y los vasos sanguíneos.