- ¿Qué es el glaucoma pigmentario?
El glaucoma pigmentario es un tipo de glaucoma secundario que ocurre como consecuencia de un aumento de la liberación de los gránulos de pigmento que tiene nuestro iris (parte del ojo que le da su color azul, verde, marrón o negro). Cuando esto ocurre, decimos que nuestro ojo tiene un síndrome de dispersión pigmentaria y significa que ciertas partículas de pigmento circulan por la cámara anterior del ojo y pueden depositarse en el cristalino y también lo hacen en los canales de salida del líquido que circula dentro del ojo (humor acuoso) hasta llegar a obstruirlos y provocar un aumento de la presión intraocular (PIO). Cuando la presión del ojo es elevada, se comprime el nervio óptico y daña sus fibras provocando un deterioro progresivo del campo visual y en muchas ocasiones graves secuelas visuales.
- ¿A quién afecta y de qué manera?
Se calcula que entre el 30 y el 50% de las personas que padecen síndrome de dispersión pigmentaria pueden evolucionar hacia un glaucoma. Este tipo de glaucoma es más común en sexo masculino, adultos jóvenes (durante la tercera o cuarta década de vida), raza blanca y, también en los ojos miopes. Los signos típicos que permiten el diagnóstico de esta enfermedad suelen ser la existencia de presión intraocular elevada junto a la presencia de las partículas de pigmento en la parte posterior de la córnea, depósitos de pigmento en la malla trabecular por donde se drena el humor acuoso y la atrofia o adelgazamiento del iris debida a la liberación de pigmento.
- ¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Como ocurre en la mayoría de los glaucomas, el glaucoma pigmentario, no presenta ningún tipo de síntoma, lo que hace que el diagnostico se haga en muchas ocasiones cuando ya existe un daño visual avanzado e irreversible. Por este motivo, en la clínica AVER, recomendamos a todos los pacientes a los que se les ha diagnosticado síndrome de dispersión pigmentaria, realizarse revisiones cada seis meses incluso en el caso en que aún no se hayan detectado signos de daño en el nervio óptico o glaucoma. En estas visitas médicas, evaluaremos el estado del nervio óptico, del campo visual y la presión intraocular, con métodos que puedan compararse en el tiempo y predecir la evolución de la enfermedad. El tratamiento del glaucoma pigmentario, al igual que en el resto de glaucomas, está orientado a reducir la presión intraocular a través de fármacos (colirios), cirugía láser o cirugía filtrante que en nuestra clínica realizamos mediante la técnica llamada esclerectomía profunda NO perforante (EPNP) para intentar disminuir los riesgos de la cirugía convencional o trabeculectomía.
Dra Paredes
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