Aparentemente los ojos y el tiroides son dos órganos poco relacionados, pues además de estar separados en la distancia (el tiroides se encuentra en la parte baja y anterior del cuello), no tienen funciones en la que intervengan el uno sobre el otro, ya que mientras los ojos nos facilitan el sentido de la visión, el tiroides es un órgano endocrino cuya misión es producir hormonas para el metabolismo corporal.
Sin embargo hay ciertas patologías del tiroides que acaban afectando al ojo, en particular a las estructuras que le rodean. La más frecuente se llama Enfermedad de Graves y es debido a una inflamación del tiroides provocada por una reacción anómala de nuestras defensas. Estas enfermedades del tiroides suelen ser de causa autoinmune, es decir, nuestras propias defensas atacan a células de nuestro organismo, y producen generalmente un aumento de hormonas tiroideas, denominándose hipertiroidismo.
El problema radica en que las células que atacan, además de estar en el tiroides también se encuentran en la cavidad orbitaria (en el ojo), principalmente en los músculos y la grasa que rodea al globo ocular, por eso a esta patología se le denomina ORBITOPATIA TIROIDEA.
Sus síntomas principales son estrabismo, retracción palpebral, exoftalmos y enrojecimiento e irritación ocular.
Para el diagnóstico suelen ser necesarias pruebas de imagen y analíticas sanguíneas, además de una exploración oftalmológica exhaustiva para valorar el grado de actividad de la enfermedad. El tratamiento incluye generalmente dosis altas de corticoides, llegando a necesitar a veces inmunosupresores sistémicos.
En nuestras clínicas de oftalmología AVER, disponemos de profesionales especializados en este tipo de patologías, con gran experiencia en patología orbitaria y oculoplastia.
Dr Mora
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