La vía lagrimal es un conducto que conduce la lágrima, que se produce de manera continua en el ojo para lubricarlo, hasta la nariz.
La obstrucción desde el nacimiento (congénita) de este conducto (conducto nasolagrimal) puede afectar hasta un 20-30% de los recién nacidos aunque sólo produce síntomas en un 1-6%. Su causa más frecuente es la imperforación de una válvula situada en su desembocadura en la nariz (válvula de Hasner).
El síntoma más frecuente observado por los padres es un lagrimeo constante generalmente sólo por uno ojo, que suele aumentar en la calle, con el frío o con el viento. Además es frecuente que se observe secreción abundante y conjuntivitis de repetición. En los casos más graves se puede producir una infección aguda del saco lagrimal o dacriocistitis aguda que da lugar a una inflamación, enrojecimiento y dolor de toda la zona lagrimal.
Aproximadamente el 90% de los casos se resuelve espontáneamente o con medidas conservadoras durante el primer año de vida. Por esto, lo primero que debemos hacer es mantener la zona limpia con lavados frecuentes de las secreciones con suero fisiológico y realizar 2-3 veces al día masajes del saco lagrimal que facilitan la apertura de la válvula. En el caso de que observemos signos de infección debemos acudir al oftalmólogo para que prescriba el tratamiento adecuado en cada caso.
Si con estas medidas no es suficiente y pasados los primeros 9 meses -1 año de vida no se ha resuelto el problema, se aconseja realizar un sondaje de vías lagrimales que consiste en pasar una sonda rígida a través de las vías lagrimales hasta el orificio de salida, con el fin de repermeabilizar el conducto. Es un procedimiento que sirve tanto de diagnóstico como tratamiento. Ante el riesgo de movimientos bruscos y la posible experiencia traumática para el niño, se realiza bajo sedación anestésica en el quirófano, pero sin necesidad de intubación ni ingreso.
A veces es necesario repetir la intervención más de una vez o colocar algún implante que mantenga abierto el canal, siempre y cuando la obstrucción no sea por ausencia de parte de las vías lagrimales o por otra causa en cuyo caso el tratamiento sería el específico para cada caso.
Doctora Jaumandreu
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